sábado, 8 de mayo de 2010

TOMO XXXII EN PERU… Nasca: ¿Fueron los extraterrestres? // 23-25 Feb 2010

La Panamericana nos esperaba, y como estaba planeado, hacia el norte nos dirigimos. Próxima parada: Nasca

Mientras tanto el camino nos mostró unos hermosos paisajes sobre la costa para luego adentrarse hacia el oeste, cambiando de mar a aridez, cerros cubiertos de una mezcla entre tierra y arena, y huellas de autos en el suelo que parecen estar hace años sin que el viento siquiera les haga cosquillas.


Llegamos a la cercanía de la ciudad de Nasca y, gracias al consejo de un viajero como nosotros con el cual cruzamos palabra en Puerto Inca que nos recomendó un viñedo antes de arribar, el problema de la búsqueda de alojamiento ya estaba resuelto.

El lugar era un bello viñedo que tiene un lugarcito destinado para todos los gustos: alojamiento en cómodas habitaciones, un restaurante hermosamente decorado y un espacio para camping; todo ambientado con reliquias antiguas, juguetes de la época de nuestros padres y animales silvestres por doquier entre las vides. Un lugar ideal para descansar de un trabajo agotador (como el nuestro, je!).

Allí pasamos la noche descansando en la comodidad de nuestra Clota amada. Al día siguiente teníamos tarea para hacer: pelear el precio de cada aerolínea que sobrevuela las maravillosas Líneas de Nasca.

Entre agencias, personas que te persiguen desde el estacionamiento y 15 stands ofreciendo 5 minutos más de vuelos, conseguimos un descuento (prometiendo no decir nada) en una aerolínea, compartiendo avioneta con dos chilenos más.

Para que decir el “fruncido” que sufrimos cuando la avioneta se ponía literalmente EN VERTICAL… las fotos lo cuentan todo (menos el mareo por el vuelo que nos dio a los tres, perdurando tres a cuatro horas!).

Realmente un espectáculo aún inexplicable para el entendimiento humano. Tarea para el hogar: descubrir cual es cada una de las figuras!!


Luego de estabilizar estómagos, nos fuimos directo a la plaza de armas de la ciudad para un nuevo intento de ventas con las fotos… y de paso recorrer mercados y ferias para abastecimiento de rica y rara comida.

La venta fue NULA entonces…volvimos a nuestro súper alojamiento a descansar, ya que la ciudad de Nasca no presentaba grandes aspiraciones para ser visitada más allá de lo visto ya.

La mañana siguiente la tomamos para apreciar en detalle todo lo que el viñedo tenía para ofrecer.

Luego llegó una búsqueda de trabajo por parte de dos de los integrantes del grupo, ya escasos de dinero, en este bello predio, aunque sea lavando platos o recogiendo uvas. La búsqueda fue frustrada pero como la muy amable Olivia, dueña del lugar, no nos podía dejar ir con las manos vacías, nos llenó una hoja entera con datos, tips y lugares donde poder vender fotos camino al norte, además de comprarnos una!

Así partimos rumbo a un sitio arqueológico en las cercanías del camping antes de tomar definitivamente nuestra ruta hacia el norte.

El sitio guarda 13 tumbas donde se encuentran momias de la cultura nasca, en un buen estado de conservación gracias al clima tan seco que reina por estos lares.

Ahora sí… hacia el norte… pero en el próximo tomo.

TOMO XXXI EN PERU… Puerto Inca. Chala: Un punto lejano. // 22-23 Feb 2010

Primero lo primero…Arequipa era una ciudad por la cual se debía pasar en nuestro croquis original, croquis armado desde Baires, donde la idea original era ingresar a Perú destino Este, destino Machu Pichu… pero éste croquis varió rotundamente cuando desgraciadamente poquito tiempo atrás (a la altura de Jujuy ida aprox.), la zona de Cusco sufrió una de los mayores aluviones de su historia, obligando a los lugareños y entidades públicas a cerrar el parque y ciudadela a todo visitante, destino con el cual tanto habíamos soñado y proyectado arribar al comienzo de esta aventura.

Este infortunio naturístico nos obligó a cambiar de ruta, dejando de lado el oriente del Perú para ahora tomar el norte definitivo, recorriendo en su paso las playas sobre el Pacífico. Otra visión, otra idea, otro clima, otro paisaje, otra ruta… ruta que ahora nos deparaba un futuro cercano en la playa de Puerto Inca.

Lo segundo es lo segundo… La salida de Arequipa fue temprano en la mañana, sacando a Clota del lugarcito prestado en el hotel, donde debimos desmontar su “ático” para entrarla y ahora nos tocaba volvérsela a colocar.

Dejamos la ciudad en busca del único camping oficial que la oficina turística puede ofrecer en toda la extensión del Perú (aquí no existe la cultura del camping, es por ello que Clota y nosotros lo vemos difícil para viajar).

El camping quedaba dentro del predio de un hotel sobre la costa del Pacífico, pasando unos kilómetros del pueblo de Chala. Hacia allí fuimos recorriendo tramos bellísimos entre montañas, curvas, acantilados, mar turquesa y atardecer imponente.

Llegó la noche y allí, entre preguntas, curvas y más preguntas apareció un camino de tierra, de curva y contracurva sin luz ni señal, donde dijimos adonde vamos a ir a parar… finalmente un oasis de luces, el mar de frente y ahí nomás ruinas incas, un bello paisaje que con la luz del día siguiente pudimos descubrir con más amplitud.

Un día de relajo, una mañana de fiaca, donde pescadores de la zona nos obsequiaron data de playas hacia el norte que “no nos debíamos perder”, y partimos…. Rumbo al norte.

TOMO XXX EN PERU…Arequipa: La joya oriental con pasaporte peruano. // 16-22 Feb 2010

El viaje fue silencioso, pero el paisaje ponía su sonido entre curvas, montañas áridas, subidas y bajadas.
La mañana en que salimos para Moquegua, 5 días antes, salimos con la intención de llegar aquí, a Arequipa. Así lo hicimos luego del robo, sea la hora que sea de llegada.

Para nuestra sorpresa, llegamos a una ciudad amplia y bien colonial, con sus calles empedradas, iglesias por doquier, casonas bien conservadas y su plaza de armas hermosísima.

Arequipa fue una ciudad de arreglos de cerraduras forzadas y puesta a punto de Clota. Fue una ciudad para tratar de distender y reflexionar. Fue una ciudad para probar platos y postres nuevos. Fue una ciudad de visitas a edificios históricos y mucha caminata.

Donde además decidimos olvidar un poco todo tomando una excursión al Cañon del Colca, donde nos maravillamos con los paisajes del gran valle con sus terrazas de cultivo, utilizadas hasta el día de hoy, y sus historias lugareñas y donde además pudimos apreciar el vuelo de los maravillosos cóndores (a último minuto!).

Fue una ciudad de espera a nuestro 4to integrante. Pero esta espera llegó a su fin luego de cinco días, cuando este 4to integrante nos comunica desde Moquegua que su viaje con Clota a cambiado de rumbo, que su plan a cambiado de visión y que su nuevo esquema le mostraba un trabajo estable en Moquegua dejando momentáneamente las rutas y por consiguiente el grupo.

Así fue como Arequipa fue una ciudad de cambios. Donde Nico tomaba la decisión de parar su viaje y donde Clota seguía el suyo nuevamente con tres integrantes.

Así como el viaje cambiaba su ritmo cuando se agregó un 4to integrante, así volvía a cambiar cuando uno decidía alejarse del camino.

Arequipa, una bella ciudad, donde los mismos peruanos deben presentar pasaporte para ingresar!.

jueves, 6 de mayo de 2010

TOMO XXIX EN PERU… Moquegua: No hay mal que por bien no venga. // 12-16 Feb 2010

Amaneciendo en el grifo amigo, y luego de obsequiar un poco de yerba a un uruguayo radicado en el Perú, sediento de mate, emprendimos retirada decidiendo pasar por la vecina ciudad de Moquegua a dar un vistazo y seguir los pasos hacia Arequipa. Pero el destino tenía otros planes.

Llegamos a la plaza de armas (la plaza principal de cada pueblo) de Moquegua. Desayunamos contemplando la vista y los jardines, visitamos una de las casas tradicionales de la ciudad, una de las casas coloniales más antiguas que resistió a terremotos y temblores, conocimos a dos de sus dueños y luego de una charla enriquecedora y compra de productos regionales, nos dispusimos a almorzar otro menú de los 365, esta vez en un restaurante marino.


Llego el momento de partir pero nos esperaba una gran sorpresa: Clota había estado llamando con su sirena y nosotros no la escuchamos. Personas aburridas de ser buenas decidieron cambiar de hábitos rompiendo las alas de Clota, revolviendo su interior para luego llevarse consigo cosas de gran valor tanto monetarias como sentimentales y de trabajo.
Qué poder hacer en un país extraño cuando sucede un robo, qué hacer cuando la bronca te invade y no hay donde descargarla, qué poder hacer cuatro jóvenes extranjeros en un pueblo pequeño cuando te han violado tu “casa”, tus cosas y tu seguridad.

Allí, en esos momentos, fue donde pudimos descubrir al gran corazón que tienen los peruanos (dejando de lado a los inadaptados que podemos encontrar en cualquier parte del Planeta Tierra).

Allí, mientras los hombres del grupo se dirigían a hacer la respectiva denuncia, las mujeres del grupo fueron acompañadas por uno de los dueños de la Casona Tradicional (que se enteró porque la comisaría quedaba de paso por su vereda) conocido tan solo 30 minutos atrás, a desahogar la bronca en su acogedor restaurante/hogar.

Allí estas personas abrieron su corazón, su alma y su casa para contenernos y aconsejarnos como 4 hijos más de la familia. Allí Pocha, Pepe, Mela, Diego y flia. nos dieron todo y más.

La denuncia tardó entre huellas y declaraciones y, esperando buenas noticias para el día siguiente, llegó la noche y con ella el regalo de una cena caliente y un techo donde dormir.

El día siguiente amaneció con un desayuno esplendido, con alimentos desconocidos para nuestro desayuno convencional. Aún más, Pocha, nuestra mamá postiza, además de compartirnos su alimento y su techo, además de todo eso nos obsequia algunas cosas del neceser perdido… el agradecimiento seguía… la familia Ibárcena Balbuena no paraba de abrigarnos con su calor…

El día continuó entre policías y más declaraciones y mientras tanto y como si fuera poco nos dan un espacio en el restaurante para exponer y vender las fotos y así recuperar algo de lo perdido el día anterior. Y gracias a la expo tuvimos el placer de conocer a Betty: una mujer simpática y activa que vive en Lima pero que esta construyendo su casa en Moquegua destinada a un retiro laboral feliz y tranquilo. Ella nos compró fotos y más tarde compartió con nosotros un riquísimo “piqueo”, despidiéndonos con la invitación por parte de ella de un recorrido por las distintas bodegas de pisco que circundan la ciudad, para el día siguiente.
Llegó la noche y nuevamente la flia. Ibárcena nos alojó en su Casa Tradicional y, entre historias de fantasmas y cuentos fantásticos nos fuimos a dormir. Para cuando nos despertamos el desayuno estaba nuevamente servido, sin poder siquiera retribuirlo con trabajo; lo tomamos con mucho placer y de allí derechito a recorrer las bodegas, propuesta que Betty cumplió y nosotros super agradecidos.

Así pasó la mañana… entre piscos y vinos, y luego Betty completó la tarde con la invitación a almorzar platos típicos de aquí.

Para la tardecita teníamos tarea programada: junto con la ayuda de Betty prestando su casa a medio construir y parte del banquete, preparamos un asado en pequeño agradecimiento tanto para Betty como para la flia. Ibárcena. Era algo mínimo, muy mínimo comparado a todo el amor recibido.
Así pasamos una linda noche entre gente querida y una invitación a quedarnos en su jardín durmiendo con Clota placidamente, para que pasemos nuestra 3ra noche esperando noticias positivas.

Llegó un nuevo día, con mucho calor, y justo para tratar de sofocarlo Marco, un guía local y buena persona que sabía nuestra historia (ya para esta altura todo Moquegua conocía a estos 4 argentinos!), nos invita a una pileta para refrescar el alma.

Luego nos llevó a recorrer otra bodega para luego regresar a la ciudad, porque en ella teníamos planes ya: Betty nos había invitado a cenar a su casa nuevamente, junto con un invitado de ella, el director del Museo local. Pasamos una noche agradable entre historias y anécdotas.

Hacia el sueño el grupo se dividió para no seguir invadiendo vidas ajenas, durmiendo algunos en un lugar y otros en otro.

Esta noche era la decisiva. Las noticias positivas del robo no llegaban y las indagaciones de la policía mientras que Clota seguía por ahí dando vuelta, daba que pensar.
Cada uno de nosotros recostó su cabeza en la almohada con algo en que pensar y decidir…
La mañana llegó y, luego de un nuevo bolsón de regalos y cosas para vender para así poder ganar dinero, por parte de la flia. Ibárcena, se pasó por una última visita a la comisaría. Allí se tomó la decisión de partir. Pero uno de nosotros tenía mas esperanzas, entonces tomando la decisión de quedarse “unos días más” para “presionar” a la policía, Nico tomo parte de sus cosas dejando a Clota y al grupo (repito) “por unos días” para luego reencontrarnos en la próxima ciudad. Fue un abrazo raro y un hasta pronto aún más raro, pero fue así, en la plaza de armas, un medio día de sol.

Por lo pronto, en esos momentos negros, en esas rachas de descuido, en esos descuidos confiados, en esa bronca inimputable, allí en ese rejunte de sensaciones surgen las visiones positivas, el yin y el yan, el “que se yo”, porque de una desgracia material y emocional surgió el conocimiento y encuentro de seres especiales como la flia Ibárcena y Betty, que nos abrieron sus hogares, compartieron sus alimentos, entrecruzaron sus vidas a favor a las nuestras, nos dieron todo lo que estaba a su alcance y más para que estos cuatro argentinos se sintieran más protegidos, amparados y amados que nunca.

Así es como se justifica el “no hay mal que por bien no venga”.
Así es como nosotros vemos ahora este robo penoso convertido en la mejor oportunidad de conocer a estas personas todo corazón.
Así es como nos despedimos, tres de nosotros, de esta bella ciudad de Moquegua, con el deseo de volver y poder agradecer de mil maneras todo el amor recibido.