jueves, 22 de abril de 2010

TOMO XXIII EN BOLIVIA… Uyuni: ¿Qué gusto tiene la sal? // 23-26 Ene 2010

Por fin podemos decir que tomamos un micro “como la gente”!. Pueden creer que nos sentamos en el medio, con aire acondicionado, nos pasaron dos películas estreno, nos dieron refrigerio, mantas y caramelos? Ahora si que sin quejas (aunque el traqueteo y la lluvia imposible de obviar!)

Llegamos al pequeño pueblo de Uyuni bien temprano, tipo 7am, justito para salir rapidito en búsqueda de precios para nuestra última excursión en Bolivia: el salar más extenso de mundo, El Salar de Uyuni.

Caminando y averiguando conseguimos una agencia accesible, con excursión de dos días, partiendo en 2hs, justo el tiempo para desayunar y armar una pequeña mochila.

Salimos en 3 camionetas 4x4 (la nuestra de dudosa calidad!) a uno de los lugares más mágicos de Bolivia.

1ra parada: El cementerio de trenes.




2da parada: El pueblo de sal donde existen fábricas particulares pequeñas de procesamiento de sal. Allí almorzamos.


3ra parada: El mismísimo salar con sus áreas de espejos, gracias a las intensas lluvias de los últimos días.


4ta parada: El Hotel de Sal (sin fotos)

5ta parada: La isla pescado, lugar raro si los hay, donde conviven la sal, los cactus y las aves.


Y como la lluvia antes mencionada, no nos ayudó a completar la excursión de 2 días, pegamos la vuelta esa misma tarde en la 4x4 destartalada hacia el pueblo con devolución de plata. Pero antes nos regaló un hermoso atardecer.

De allí corriendo a buscar alojamiento, descartado por nosotros para esa noche. Por suerte conseguimos uno cómodo y, llegando la noche con la compañía de chicas uruguayas y chicos/as argentinas, nos fuimos a cenar rapidito, porque aquí todo cierra temprano, muy temprano. El día siguiente tempranito en la mañana, nos esperaba la última oportunidad para obtener el tan preciado boleto de tren para el último tramo de recorrido por tierras bolivianas.
Con una hora de adelanto por mala información brindada, pero con cola ya formada esperamos y esperamos, y luego de esperar la entrega del numerito para entrar a la sala de espera de la boletería nos informan que el recorrido hacia el sur aún estaba por confirmarse por las intensas lluvias, y eso iba a saberse recién a las 14hs.
Cabeza dura la mujer del grupo, decidió quedarse hasta que el mismísimo ticketero, luego de marcar nuestro numero, nos lo diga en la cara… y así se logró el milagro!. El boleto de tren más buscado y difícil de la historia de los boletos de tren, por fin estaba en nuestras manos!!!. La partida era al otro día a las 19hs.
saliendo contentos de la terminal fuimos en búsqueda del 3er integrante de la banda (que esta vez se quedó descansando) y a recorrer el pueblito, comer algo, regresar al Cementerio de trenes por mas fotos (1ra parada de la excursión del día anterior), y descansar, porque la lluvia y ensueño invitaba a dormir.

El día siguiente era de despedidas. Salimos con bolsos del alojamiento a la última hora permitida y, haciendo tiempo buscando un lugarcito seco y con sol, parece que las casualidades, las causalidades, los planetas alineados, el yin y yan, creer o reventar, todo esto o porque sí simplemente, hicieron que nos encontráramos en el medio de la calle con n nuestra amiga Fabi!, la chica con la cual compartimos unos días espectaculares en Jujuy y la dueña de la casa donde Clota está descansando. Allí, a kilómetros de distancia de nuestros hogares, ella en sus vacaciones hacia el norte de Bolivia, y nosotros, en nuestra vuelta de regreso a su casa, nos cruzamos para poder vernos, saludarnos, agradecerle en persona su calidez, su amabilidad, su corazón y su alma. El destino nos cruzó para tomar unos mates, charlar y bendecir nuestro regreso a su casa donde su madre (un ser especial) nos esperaría, protegiendo a la casa con clota incluida.

Nos despedimos con abrazos y un “hasta pronto”, cenamos y a la estación!. Si señores… el tren nos esperaba para hacer el recorrido que nos llevaría a nuestra tierra, la ruta más jodida pero sobre rieles. Una buena forma de partir!.

Y luego de 13hs, llegamos a la frontera, a Villazón, a ciudad comercio. Sólo paramos para gastar los bolivianos que nos habían quedado en desayunos y compras, y así nos despedimos de este mundo aparte, conocido como Bolivia!.

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